El artista
neoyorkino Aakash Nihalani creó “Landline“, un performance/instalación en la
que explora temas como el aislamiento y la interacción del hombre con la
comunidad. La serie que fue montada al aire libre, consiste en la colocación de
diversas barras de colores neón que atraviesan a diferentes individuos,
conectándolos entre sí, con el fin de dar a entender que son extensiones del
paisaje urbano.
Dichos
sujetos examinan dentro de sus propias entrañas y conexiones con el propósito
de representar una expresión visual del aislamiento y de la forma en como éstos
interactúan con la comunidad; ya que, -según el artista- “las personas pasan
demasiado tiempo dentro de su propio mundo virtual”, por lo que éstas obras
representan una conexión del mundo real con el mundo virtual.
Las piezas fueron realizadas a mano por el
artista, gracias al empleo de cinta fluorescente y papel y plástico corrugado,
además de la utilización de un sistema de suspensión magnética que las ata a
las camisetas de los participantes.
Influenciado
por la arquitectura citadina, así como por el hecho de que los colores y tonos
que hay en el medio ambiente, son siempre de colores neutrales; para el
artista, el uso de colores brillantes le permite destacar dentro de cualquier paisaje,
como si con sus obras rotulara el panorama urbano.
Además de que
al artista, los trucos de magia y las ilusiones ópticas siempre le llamaron la
atención desde niño, por lo que siente que todas las cosas actualmente están
manipuladas por visiones alternativas, que recrean un espacio positivo y
negativo del paisaje urbano.
DFC